jueves, 22 de agosto de 2013
Enfermedad Arterial Periférica. Cómo reconocerla:

Siguiendo con nuestras recomendaciones dentro de nuestro blog y en facebook, este mes vamos a dar unas pautas para reconocer porblemas arteriales periféricos (documento extraido de EROSKI Consumer Salud). Próximamente publicaremos pautas de ejercicios en casos de insufiencia cardiaca. Esperamos que sea de vuestro interés:

Enfermedad arterial periférica



Para mejorar la atención de los afectados de enfermedad arterial periférica (EAP) y prevenir males mayores, los especialistas recomiendan realizar exámenes médicos a partir de los 40 años. Así se detectaría una posible propensión al desarrollo de esta patología, que limita la capacidad de caminar y hacer ejercicio, con un riesgo alto de complicaciones médicas graves, como enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular o posible amputación de miembros inferiores.


· DEFINICION: 

La  enfermedad arterial periférica se diagnostica, de manera habitual, en personas con otras enfermedades vasculares. Está provocada por un estrechamiento de las arterias que suministran sangre a piernas y pies, debido al desarrollo de placas de grasa. El dolor que algunos pacientes experimentan en los miembros inferiores equivale al que se siente al sufrir una angina de pecho. Dado que la constricción de las arterias de la pierna suele implicar estrechamientos similares en el corazón y las arterias cerebrales, la EAP es un fuerte marcador de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular. Es tan grave como la enfermedad del corazón y su prevención y tratamiento son similares. La única diferencia es que ésta se manifiesta en las piernas.

Con síntomas muy leves:

Experimentar dolor leve en las piernas o ligeras dificultades para caminar no son siempre signos que reflejan el paso de los años
Se  detectó en un estudio que el 80% de las personas diagnosticadas con EAP desconocían que padecieran esta condición. Sin embargo, es fundamental saberlo para establecer un tratamiento más agresivo de los síntomas de la pierna y para prevenir ataques en el corazón y en el cerebro.
Otros síntomas, pocos y leves, pueden ser:
Dolor en la pierna cuando se practica ejercicio (síntoma más común).
Úlceras que no cicatrizan.
Sensación de frío o entumecimiento en una o ambas piernas.
Dolor en los dedos de los pies durante la noche.
Malestar en las pantorrillas o en las piernas que mejora con reposo (claudicación).
Cambios de color en la piel, sobre todo, en brazos o piernas.
En una fase avanzada de la enfermedad, estos mismos síntomas adquieren un estado de reposo, mientras que en la fase más aguda se originan lesiones en la piel, muy dolorosas y susceptibles de infección.


FUENTE: EROSKI CONSUMER 

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